Desde que se construyera en 1730 esta fortificación ha pasado por muchas fases. Ubicado en Cala Llonga, constituía un punto estratégico y contaba con una guarnición de 4 cañones, cuerpo de guardia para un sargento, 19 hombres y 3 garitas. Se utilizó para fines defensivos hasta 1878, cuando el ejército la subastó y pasó a manos privadas.
Después de su abandono hasta la ruina casi total, fue recuperado por la Fundación Illes Balears y tras un exhaustivo proyecto de rehabilitación integral se abrió al público en forma de mirador. Permanece abierto al público de forma gratuita durante todo el año.