AIRES IBICENCOS

El responsable de todo fue un artista ibicenco llamado Josep Costa. Un día de los años 30 pisó este lugar todavía virgen y soñó en establecer allí un punto de encuentro para sus amigos pintores, escritores y escultores. En esa época de poco valían esos terrenos de los que no se podía sacar rendimiento agrícola, así que Josep Costa quiso comprar unos terrenos poblados sólo por rocas, matas, pinos y un azul turquesa. Así comenzó su idea de crear un pequeño reducto veraniego de casas blancas, rodeadas de pinos, con cubiertas planas, vigas de madera y arcos, como en su tierra natal. Hoy, convertido en uno de los lugares más atractivos y preferidos por los viajeros, Cala d’Or sigue desprendiendo una personalidad y un encanto propios de Ibiza, la isla blanca.

UN PEQUEÑO MUNDO A TU MEDIDA

Cala d’Or se ha convertido con el paso del tiempo en un lugar perfecto para el descanso. Repleto de planes, este núcleo turístico puede presumir de tener una de las ofertas más completas de la isla. Gastronomía, cultura, ocio, restaurantes, hoteles, playas, excursiones… Cala d’Or es un micromundo pensado para tu disfrute. Convertido en el núcleo turístico más importante de Santanyí, Cala d’Or cuenta con una excelente red de comunicaciones con el resto de la isla. Los esfuerzos por mantener al día sus instalaciones y servicios han dado su fruto y hoy Cala d’Or es una apuesta segura, pues combina a la perfección tradición y modernidad, el confort que todos buscamos para nuestras vacaciones.